28 de abril de 2013

Realismo spielbergiano

Lo imposible (The Impossible, 2012)

Dirección: Juan Antonio Bayona
Guión: Sergio G. Sánchez
Intérpretes: Naomi Watts, Ewan McGregor, Tom Holland, Geraldine Chaplin, Oaklee Pendergast, Samuel Joslin, Marta Etura. 
Fotografía: Óscar Faura
Música: Fernando Velázquez


Cuando la ópera prima de un director novel consigue el  éxito de crítica y público que obtuvo El orfanato (2007), realizar un segundo largometraje se convierte en un reto algunas veces insalvable. Juan Antonio Bayona, valiente y tenaz, no se dejó amedrentar por la presión y, aunque pasaron cinco años entre ambas, parece que la espera le valió la pena.

Lo que propone Lo imposible es la pequeña historia de una familia en medio de la gran tragedia que fue el tsunami que en 2004 arrasó el sur este de Asia. Como ocurre en el cine de Spielberg, al que aquí se le roba el alma narrativamente, los valores familiares, las emociones por encima de la verosimilitud y la lucha contra la adversidad (con recompensa final incluida) inundan la película de principio a fin con la intención de no dejar indiferente a nadie. Parece que, basándose en hechos reales, Bayona ha empatizado hasta tal punto con su historia que pretende que sintamos el sufrimiento de los personajes en primera persona. El tono hiperralista de la primera parte del filme roza el sadismo y, sin embargo, es esa capacidad de salpicarnos en la cara con el dolor de la catástrofe, sin duda, su mejor virtud.

A nivel técnico, no tiene nada que envidiar a los blockbusters norteamericanos de alto presupuesto. Bayona orquesta una aventura visual apabullante donde demuestra una maestría sorprendente para un director con todavía muy poco currículum a sus espaldas. Naomi Watts es la heroína perfecta de este viaje terrible y agónico para el espectador, sin tregua hasta el respiro final. Así como un excelente Tom Holland que encarna al jovencísimo héroe de la película (eclipsando, en parte, a Ewan McGregor) que luchará hasta el final por su familia. 

En el momento de su estreno, se habló de decenas de desmayos durante la proyección. Quizás fuera algo exagerado o tan solo una estrategia de marketing. Lo que está claro es que Lo imposible no se corta en su afán de impresionar, emocionar, aterrorizar y entretener; apoyándose en su historia pero traicionándola también con algunas maniobras efectistas. Es cierto que se le puede reprochar cierto aire de manipulación, pero siempre bajo la premisa de que lo que tenemos ante nuestro ojos es cine en estado puro.

Recomendado para los que quieran dejarse abrumar por un tsunami de emociones hiperrealista.
No recomendado para espectadores muy aprensivos o demasiados sensibles. 

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