13 de mayo de 2014

Aprendiz de Woody Allen

Aprendiz de gigoló (Fading Gigolo, 2014)

Dirección y guión: John Turturro
Intérpretes: John Turturro, Woody Allen, Sharon Stone, Sofia Vergara, Vanessa Paradis, Liev Schreiber
Fotografía: Marco Pontecorvo
Música: Abraham Laboriel y Bill Maxwell

Pocas han sido las ocasiones en que, a lo largo de su carrera, hemos podido ver a Woody Allen participando en una película solamente como actor. Desde que ganó el Oscar por Annie Hall (1978) que le consagró como director, únicamente ha intervenido (sin firmar el guión ni estar detrás de la cámara) en los filmes Escenas en una galeria (1991) y Cachitos picantes (2000), además de poner la voz al protagonista de Hormingaz (1998) y hacer algunas colaboraciones no acreditadas. Es por esto que, para los fans de la faceta interpretativa del genio de Manhattan, Aprendiz de gigoló puede resultar un plato de muy buen gusto.

Es curiosa la inversión de roles que John Turturro (más habitual como actor que cineasta) ha llevado acabo con este proyecto; y más, teniendo en cuenta que ha escrito la historia a medida de la neurótica personalidad de Allen. Ambientada íntegramente en Nueva York, cuenta la relación de un viejo librero judío y un tímido florista con una desesperada situación financiera hasta que ven, por casualidad, la oportunidad de introducirse en el negocio de la prostitución masculina: el primero como proxeneta y el otro como gigoló. 

El resultado, inevitablemente, se asemeja mucho a lo que podría ser una comedia menor del propio Woody. El jazz de su banda sonora, la forma en que están montados los planos, la fotografía e incluso los chistes sobre sexo y psicoanálisis no le hacen ningún favor por agravio comparativo. Por otro lado, llama la atención que sea ésta, paradójicamente, la cinta más judía en la que Woody Allen haya intervenido, mucho más que cualquiera de su propia filmografía. 

No obstante, la película no aburre, tiene algunos diálogos bastante inspirados y un reparto de lujo entre quienes destacan las mujeres: Sofia Vergara y Sharon Stone (en busca de un amante de calidad) y Vanessa Paradis (como viuda judía). Turturro trata el tema con delicadeza y su personaje, como el de Allen, produce mucha ternura, con lo que se perdona, en parte, ciertas inverosimilitudes de la propuesta. Además, a pesar de quedarse a medio camino entre una profundidad que no trasciende y un humor que no termina de brillar, destila una modestia poco común por la que resulta un producto más que estimable.

Recomendado para nostálgicos del Woody Allen actor.
No recomendado para alérgicos al humor judío (algo descafeinado).

No hay comentarios: