16 de abril de 2014

Bienvenidos a Euskadi

Ocho apellidos vascos (2014)

Dirección: Emilio Martínez-Lázaro
Guión: Borja Cobeaga y Diego San José
Intérpretes: Dani Rovira, Clara Lago, Karra Elejalde, Carmen Machi
Fotografía: Gonzalo Fernández Berridi y Juan Molina
Música: Fernando Velázquez

Los tópicos regionalistas han abundado desde siempre en los chistes de la cultura popular española siendo incluso los más recurridos por algunos cómicos patrios. Sin embargo, por alguna razón, hasta la fecha, este subgénero humorístico no había tenido su equivalente en la gran pantalla. El éxito de Ocho apellidos vascos, por sus cifras récord, es, ciertamente, digno de estudio aunque resulta evidente que una de sus claves es que hace reír (y mucho) a casi cualquier tipo de espectador. Con la cinta francesa Bienvenidos al norte (2008) como referente más cercano, narra las desventuras de un andaluz de pura cepa que viaja hasta un pueblo de Euskadi para conquistar a una vasca de la que se ha enamorado. Los embrollos y malentendidos están servidos desde el primer momento, apostándolo todo a la clásica estructura de pez fuera del agua.

Sin embargo, a pesar de estar plagado de ocurrencias muy inspiradas, por momentos produce la sensación de que la historia avanza demasiado pegada al enredo y el chascarrillo; es decir, que los personajes se ven avocados a ciertas situaciones solo por el hecho de que éstas pueden provocar una carcajada y no porque actúen según sus objetivos y necesidades. Afortunadamente, entre diálogos tan brillantes, uno es capaz de olvidarse de esto y perdonar hasta algunos agujeros de guión que, en cambio, no tenían Pagafantas (2009) ni No controles (2010), mucho más redondas y también escritas por Borja Cobeaga y Diego San José. 

El otro gran pilar de esta disparatada comedia es Dani Rovira (espectacular debut en el cine) con un carisma y una gracia que no se puede aguantar dignas del mejor actor de comedia. Frente a él, con una interpretación de premio, Karra Elejalde encarna a un antológico padre vasco que se roba, prácticamente, todas las escenas. Por su parte, Carmen Machi y Clara Lago también aportan lo suyo, aunque sin alcanzar a los hombres del filme que, dicho sea de paso, cuentan con las mejores réplicas. Desgraciadamente, el veterano director Emilio Martínez-Lázaro parece haberse tomado su labor como una simple rutina. Los planos, en general, son poco imaginativos y muchas de las secuencias se han rodado con tal desgana que bien parecen los exteriores de una serie de televisión o un gag de Vaya semanita (en cierta forma, el origen de todo esto).

No obstante, el ritmo, salvo algún altibajo, es ágil y la trama progresa con el dinamismo adecuado hasta el punto de satisfacernos y, a la vez, dejarnos con ganas de más, como sucede en los buenos entretenimientos. No sabemos, de momento, si este deseo se cumplirá satisfactoriamente en la ya anunciada secuela, aunque auguro que si el guión no lo firman Cobeaga y San José, será complicado.

Recomendado para todos los españoles con ganas de reírse un rato.
No recomendado para los que busquen una historia que sostenga con fuerza el entramado de chistes.

No hay comentarios: