21 de abril de 2015

Engaños con estilo

Focus (Focus, 2015)

Dirección y guión: Glenn Ficarra y John Requa
Intérpretes: Will Smith, Margot Robbie, Rodrigo Santoro, Stephanie Honore, BD Wong, Adrian Martinez, Robert Taylor
Fotografía: Xavier Pérez Grobet
Música: Nick Urata

Tras el batacazo que supuso After Earth (2013) en su carrera, que hasta entonces llevaba tiempo siendo una concatenación de éxitos de taquilla, Will Smith ha decidido jugársela poniendo a prueba su carisma y, así, demostrar que sigue cayendo bien a todo el mundo. Dirigida por Glenn Ficarra y John Requa, Focus es una historia de estafadores muy convencional, con casi todos los clichés del género y un afán evidente de resultar moderna, dinámica y estilosa. Su mejor baza es, sin duda, la gran química entre Margot Robbie y el propio Smith, cuyo encanto aporta toda la gracia y simpatía que el guión no posee (a excepción de algunos diálogos). Gracias a ellos, la película alcanza sus objetivos estéticos, encarnando en cada plano la sensualidad y sofisticación que pretenden sus trajes de diseño, su música discotequera y sus exóticas localizaciones.

No se puede negar que la propuesta, al menos, funciona. Resulta muy entretenida y, por momentos, sexy y divertida. Pero, más allá de eso, tiene también un punto hortera que la aleja de algunas películas de Scorsese en las que parece mirarse (sobre todo, en la primera parte) como Uno de los nuestros (1990) o Casino (1995). Por otro lado, el romance es lo suficientemente verosímil como para sostener la historia, a pesar de que, en conjunto, hay poco contenido tras su cuidada forma.

Los directores de la ingeniosa Crazy, Stupid, Love (2011) han creado, en definitiva, toda una estructura al servicio de la distracción del espectador. Como buenos trileros, se han encargado de que el público no descubra sus trucos hasta el final, aunque, como suele pasar, para sorprenderle haya también que tomarle un poco el pelo. Como ejercicio narrativo sobre la construcción de un engaño, cosa que ya hemos visto muchas veces, es eficaz. Desgraciadamente, no va mucho más allá de eso, le falta sustancia e incluso puede resultar superficial.

Recomendado para ludópatas del engaño y la sensualidad.
No recomendado para quienes anden siempre buscando los ases en las mangas del mago.

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