8 de marzo de 2014

Historia de amor virtual

Her (Her, 2013)

Dirección y guión: Spike Jonze
Intérpretes: Joaquin Phoenix, Amy Adams, Rooney Mara, Olivia Wilde, Scarlett Johansson, Chris Pratt, Kristen Wiig
Fotografía: Hoyte Van Hoytema
Música: Arcade Fire, Owen Pallett

Después del estreno de Donde viven los monstruos (2009), su primera película sin guión de Charlie Kaufman tras las magistrales Cómo ser John Malkovich (1999) y Adaptation (2002), afloró el miedo a que Spike Jonze fuera un director (como también se dijo de Alejandro González Iñárritu) demasiado dependiente de un guionista estrella. El filme basado en el libro infantil de Maurice Sendack, aun siendo estéticamente una propuesta interesante, no tenía, ni de lejos, la complejidad de sus obras anteriores. Han tenido que pasar algunos años hasta que, finalmente, Jonze ha sido capaz de dar con una historia propia con la que demostrar que aquellos miedos eran infundados y que todavía le queda mucho por decir sin depender de nadie.

Desprovisto del retorcimiento narrativo de sus primeros trabajos, Her es una historia de amor contada con total naturalidad al estilo más clásico, excepto que, en este caso, la chica (Scarlett Johansson) es un sistema operativo. La cinta dibuja un futuro amable (no especialmente distópico) basado en una proyección hacia adelante de todos los cambios que estamos viviendo hoy en día. Así, se potencia con mucha inteligencia la integración de la tecnología en la vida de las personas (sin necesidad de grandes efectos especiales) y una deliberada estética hipster totalmente verosímil. 

Una vez más, se usa este pretexto para hablarnos de la alienación del mundo contemporáneo, las grandes ciudades y las oficinas, y de la soledad insoportable del hombre soltero. Pero lo cierto es que nunca se nos había mostrado de una manera tan clarividente, desnudando la esencia humana con tanta crudeza y ternura, con tantos pequeños detalles reconocibles en el protagonista de nuestra propia existencia actual. Además de todo esto, por si fuera poco, el guión está lleno de sorpresas, resulta muy emotivo y funciona hasta en los momentos más excéntricos. Jonze no ha tenido miedo de arriesgar y lleva el relato hasta el límite de sus posibilidades, rozando lo ridículo en muchas secuencias pero saliendo airoso de cada una de ellas.

Por otra parte, es impresionante la personalidad y el carisma que tiene Scarlett Johansson solo en la voz, así como Joaquin Phoenix que ha construido un maravilloso perdedor, contradictorio, gracioso y encantador; gracias al cual se sostiene todo el conjunto, puesto que pasa gran parte del metraje solo ante la cámara. En conclusión, se tratar de una mezcla entre un posible episodio romántico de la serie Black Mirror y una hipotética secuela de La red social (2010), sumándole el toque inconfundible del cine de Spike Jonze al que, a diferencia de otros, no le queda grande el adjetivo de visionario.

Recomendado para personas sensibles al amor cibernético.
No recomendado para tecnofóbicos en cualquiera de sus grados.

No hay comentarios: