19 de enero de 2014

El fracaso según los Coen

A propósito de Llewyn Davis (Inside Llewyn Davis, 2013)

Dirección y guión: Ethan Coen y Joel Coen
Intérpretes: Oscar Isaac, Carey Mulligan, John Goodman, Garrett Hedlun, Justin Timberlake, F. Murray Abraham
Fotografía: Bruno Delbonnel
Música: Varios

Tienen los hermanos Coen la extraña cualidad de crear historias sobre personajes antipáticos, rompiendo unas cuantas leyes no escritas de los guionistas de Hollywood, y conseguir que se ganen con su hostilidad el cariño de los espectadores. A propósito de Llewyn Davis es una muestra más del pesimismo existencial que se respira en cualquier obra de los directores de Fargo (1996). En esta ocasión, el drama versa sobre la miserable vida de Llewyn Davis, un músico de folk con mucho talento que, sin embargo, jamás logra alcanzar el éxito; ni siquiera lo justo como para ganarse la vida. De forma cruel e irónica, pero también realista y muy sensata, presentan esta odisea de un fracaso en la que vemos al peculiar artista dejar escapar, no en pocas ocasiones, la oportunidad de vencer frente a las adversidades.

Lo más interesante del filme es esa inflexibilidad ética del protagonista en cuanto a su carrera, incapaz de adaptarse lo más mínimo a la realidad profesional que le rodea, en contraposición a su apatía moral hacia los sentimientos de las personas de su entorno. Oscar Isaac encarna con sobriedad y una buena colección de matices a este amargo Llewyn Davis del título, interpretando también con guitarra y voz las canciones que mayormente componen la excelente y bien integrada banda sonora. Le acompañan, además, toda una serie de secundarios como Carey Mulligan, John Goodman o Justin Timberlake que resultan toda una delicia.

Aunque, sobre todo, no podemos olvidarnos de ese gato llamado Ulises, otro fantástico secundario, del que, sin saber por qué, nuestro patético antihéroe es de lo único que parece sentirse responsable. Esa sencilla contradicción, entre otras muchas, es lo que engrandece la cinta y a su personaje principal. Y así, con un compendio de anécdotas pequeñas y adornado con una hermosa fotografía en sepia, los Coen definen con acidez y mucha inteligencia la escena musical del folk de principios de los años 60 y, de paso, la vertiente oculta de una parte de la historia de Estados Unidos. No veíamos un enaltecimiento similar de la tragicómica figura del genio perdedor desde las inolvidables Barton Fink (1991) y Un tipo serio (2009). 

Recomendado para pesimistas existenciales que disfruten de serlo.
No recomendado para los que esperen un bello documento sobre los inicios del folk.

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