12 de junio de 2014

Todo es fabuloso

La LEGO película (The LEGO movie, 2014)

Dirección: Phil Lord y Chris Miller
Guión: Dan Hagerman y Kevin Hagerman
Intérpretes: Chris Pratt, Will Ferrell, Elizabeth Banks, Liam Neeson, Morgan Freeman, Will Arnett
Fotografía: Barry Peterson
Música: Mark Mothersbaugh


Hablar de la gran influencia de Pixar en el cine de animación actual, después de tantos años, resulta ya casi banal por obvio y reiterativo. Sin embargo, es imposible ver La LEGO película sin acordarse de Toy Story (1995), largometraje que ya contenía inherente la idea de que una aventura protagonizada por juguetes contiene, en sí, las mismas reglas del juego infantil. Si a esto le sumamos la desvergonzada técnica de animación que normalizó la serie South Park y, sobre todo, el fenómeno del brickfilm (cintas amateurs hechas con figuras de LEGO), entenderemos cómo hemos llegado hasta aquí. La gran sorpresa, en este caso, es que, pudiendo haberse quedado en una especie de spot publicitario de hora y media, Phil Lord y Chris Miller, directores y guionistas de la divertida Lluvia de albóndigas (2009), han optado por sacarle el máximo partido en términos de creatividad al universo que tenían (nunca mejor dicho) sobre la mesa. 

Combinando animación digital y stop-motion, el filme tiene un ritmo arrollador, una factura visual espléndida y toda una serie de giros y recursos cómicos que convierten la propuesta en una fuente inagotable de diversión. Su estructura, además, es compleja, apostando por arriesgadas estrategias metalingüísticas de las que sale felizmente victoriosa e incontables referencias a la ciencia ficción, el western, la fantasía o los cómics de superhéroes. 

La historia, asimismo, incluye cierta crítica a la despersonalización del individuo en la sociedad capitalista. El protagonista (un obrero cualquiera) tendrá que enfrentarse a un líder tirano (Lord Business) que tiene en su poder un arma terrible: el pegamento. De esta forma, se contrapone la imaginación como instrumento liberador al inmovilismo del orden establecido. El argumento tiene la habilidad de reconfigurarse tantas veces como haga falta, demostrando que sus posibilidades son tan infinitas como las combinaciones de piezas del propio juguete. 

Recomendado para mentes libres, juguetonas y posmodernas.
No recomendado para quienes la vean tan solo como la película de un juguete.

No hay comentarios: